JAVIER DAS. UN PEZ QUE BAILA. COL HAIKU. EDITORIAL LA ISLA DE SILTOLA

Nacido hace cuarenta años en Madrid, Javier Das es autor de cuatro títulos de contenido, principalmente, viajero y humorístico: Estas 4 paredes (2008), Todas las ciudades y París (2015), Mapa epistolar de París (2019) y Mi abuelo es soluble al agua (2020), todos en ellos en prosa, aunque ha habido también espacio para un quinto libro, esta vez en verso: No hay camino al paraíso (2009): Un pez que baila es, por tanto, su primer libro de haikus, aunque no siempre respete la medida silábica que exige esta estrofa, algo, por otra parte cada vez más frecuente. Sí se atienen a los preceptos normativos las impresiones que captan estos versos mínimos, aunque su espectro es, para gozo del lector, mucho más amplio, como comprobamos desde el primero: «Tarde de agosto. / Semeja el pez bailar / con el anzuelo». La mención estacional, si en algún momento presupone un efecto nostálgico, pronto se ve matizado por el final irónico. El paso del tiempo es sugerido con delicadeza, sin dramatismo, pero con infalibilidad en versos como estos: «Entrando al templo. / Pequeños brotes verdes / ente baldosas», del todo inspiradores, aunque hay otros de dicción más repetitiva, como estos: «Del basurero, / bandadas de gaviotas / al atardecer» o «Todo el terreno / junto a la casa cerrada; / malas hierbas», en los que da la sensación de que la excesiva fidelidad a las normas clásicas del haiku ha restado vuelo imaginativo. En todo caso, las impresiones que captan los haikus de Javier Das, por familiares que nos resulten en muchas ocasiones —la inclusión de aves y pájaros nos parece un acierto simbólico—, está tratadas con esa sobriedad tan necesaria en el género y aportan una dosis de reflexión que nos impulsa a cerrar los ojos para recrearnos en la escena, una escena que pervive también, a buen seguro, en la memoria de los lectores de este libro.