
NUEVO REVISTERO
Siguiendo el ritmo del calendario, llegan a nuestra mesa de trabajo revistas literarias de diferente factura y de distinta intención, pero todas ellas, además de enriquecer el panorama literario de nuestro idioma, están elaboradas con esa pasión por la literatura que afecta, de manera especial, a los letraheridos. Hacemos en este comentario un breve recorrido por algunas de ellas.
La revista Crátera, editada por la Asociación Catarroja, comienza su andadura —que deseamos larga y espaciosa— con un número 0 lleno de interesantes colaboraciones. Comencemos por la ilustración de la cubierta. La revista que dirige un triunvirato compuesto por Gregorio Muelas Bermúdez, José Antonio Olmedo López-Amor y Jorge Ortiz Robla han tenido la afortunada idea de encargársela a Juan Carlos Mestre, excelente poeta y, como es evidente, inspirado pintor de raíz surrealista. No es el menor de los aciertos. La revista está dividida en secciones que comienzan con los poemas inéditos, en este caso de autores como Jaime Siles, Andrés García Cerdán, Ana Gorría, José Iniesta o Berta García Faet, entre otros. No podía faltar, conociendo la predilección que los directores sienten por este género, una sección dedicada al haiku, «La mirada de Basho» Tres nombres lo suficientemente ilustrativos ocupan estas páginas: Susana Benet, Ricardo Virtanen y Gorka Arellano. Sin ánimo de ser exhaustivo, mencionaré también la sección de traducción en la que encontramos poemas traducidos por Natalia Litvinova, por Elisabeta Botan, por Carlos Vitale y por Gema Estudillo y el siempre necesario espacio para las reseñas que cuenta con un nutrido plantel de críticos. El siempre convulso mundo de las revistas literarias cuenta con un componente más que llega pisando fuerte y, a tenor del índice que han adelantado, correspondiente al segundo número, con vocación de superación y permanencia.
Paraíso. Revista de Poesía, dirigida por el poeta y crítico Juan Carlos Abril y patrocinada por la Diputación de Jaén y por la Universidad de la misma provincia, alcanza ya el número 12, algo realmente loable, pues de todos son conocidas las dificultades que se deben sortear para llevar adelante un proyecto de este cariz. La revista se mantiene fiel a las secciones que la componen desde sus primeros números, «Tres morillas», más centrada en el pequeño ensayo, que en este número cuenta con colaboradores de la talla de Pedro Luis Casanova, Xavier Oquendo Troncoso o José María Balcells. Hay también una excelente sección para las reseñas, la titulada «Los alimentos», con magníficos colaboradores. La sección de poemas inéditos, «Campo de Baeza», cuenta con poemas de autores como Ángeles Mora, Mercedes Cebrián o José Daniel García, por ejemplo. Una sección particularmente emotiva, y muy poco frecuente en otras revistas, es la llamada «Paraíso perdido», en ella se recuerda a poetas fallecidos en los últimos años, en este caso recogen obra de Rigoberto Paredes, Hugo Gutiérrez Vega, José Ramón Grima y Luis Javier Moreno. En resumen, una importante revista que cuenta además, número tras número, con las ilustraciones del gran Ginés Liébana. Todo un lujo.
Hablar de Turia —revista editada por Instituto de Estudios Turolenses de la Diputación de Teruel y patrocinada, en este número, por la Diputación de Teruel, el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Teruel, la UNAM y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de España— es hablar de otra historia, de Historia literaria con mayúsculas. Esta revista es una de las que goza, con todo merecimiento, de mayor prestigio en nuestras letras, no solo por su longevidad —el número que comento hace el 123— sino por la calidad de las colaboraciones que la integran. Poetas, narradores, ensayistas, filósofos, sociólogos, pintores, etnólogos o cineastas comparten páginas y más páginas (cada número supera, habitualmente, las 400). Resulta imposible nombrar a todos los colaboradores que Raúl Carlos Maícas ha congregado en el sumario, pero conviene hacer mención a alguno de los autores analizados en estas páginas, como Juan Rulfo, Octavio Paz o Tomás Segovia. La sección «Taller», contiene relatos de autores de la talla de Jorge Volpi, de Juan Villoro, de Felipe Benítez Reyes o Sara Mesa, entre otros. En la sección dedicada a la poesía la nómina es admirable: Jaime Siles, Antonio Deltoro, José Carlos Llop, Enrique Andrés Ruiz, Juana Castro, Manuel Vilas, Ana Merino, Abraham Gragera, Erika Martínez, Jeannette L. Clariond, por ejemplo. La sección «Pensamiento» está dedicada a analizar distintas facetas de la relación literaria e intelectual entre España y México y el «Cartapacio» se dedica a analizar la larga y fructífera estancia de Buñuel en México. En las más de 150 páginas que se le dedican encontramos análisis pormenorizados de sus películas y testimonios de quienes mejor lo conocieron, todo el conjunto resulta de un interés incuestionable. Dos prestigiosos novelistas, uno de cada lado del Atlántico, Juan Marsé y Elena Poniatowska, son objeto de sendas entrevistas. Otras secciones fijas son «La isla», en la que Raúl Carlos Máicas va dejando reflexivos fragmentos de su diario número a número y dos de carácter regional, «Sobre Aragón» y «Cuadernos turolenses». La revista finaliza con la sección titulada «La Torre de Babel» que acoge decenas de reseñas dedicadas, fundamentalmente, a la narrativa y a la poesía, reseñas que ayudan a lector a estar al tanto de las mejores novedades editoriales que se publican en nuestro país. Cada número está ilustrado por un artista, en este caso, se deben al fotógrafo Roberto Fernández Valbuena.
Otra revista que puede presumir de longevidad es la asturiana Clarín. Revista de Nueva Literatura dirigida por José Luis García Martín y editada por Ediciones Nobel. Es la única revista de las aquí reseñadas que no patrocina ningún organismo público, algo que resulta especialmente meritorio, más aún cuando se han alcanzado ya los 129 números. Cuenta también con unas secciones fijas: «Inventario», artículos que se interesan por temas misceláneos, desde Bob Dylan —en manos de Antonio Rivero Taravillo— a los nuevos poetas gallegos —a cargo de Laura Villar Gómez—. La sección «Miradas» se centra esta vez en la controvertida figura de Stefan Zweig, que goza en la actualidad de un reconocimiento que apenas disfrutó mientras vivía. «Metamorfosis» se ocupa de la traducción, y aquí encontramos poemas de Carlos Drummond de Andrade, en versión de Martín López-Vega, tres cantos de Ezra Pound, en versión de Fruela Fernández y cuatro poemas de Hai Zai a cargo de Marta Lafarque. En «Colección de vidas» se estudian las vidas de personajes tan seductores como las hermanas Rodrigo, María y Mercedes, en un artículo imprescindible, o escritores como Altolaguirre, Knut Hamsun o Dickens. «Ficciones», la sección que se ocupa de la creación en prosa recoge entradas de carácter diarístico de Josep Carles Laínez y una colección de aforismos de Victoria León. La revista se completa con una entrevista a Juan Bonilla, autor que no defrauda nunca, con unos apuntes sobre Montpelier y los imprescindibles «Paliques», es decir, la sección dedicada a las reseñas de actualidad, que no puede faltar en ninguna revista que se precie.
La última de las revistas mencionadas es, sin embargo, para este comentarista, la más desconocida porque, hasta que este número acabó en sus manos, solo había tenido la oportunidad de ojear algún ejemplar brevemente. Estoy hablando de Nerudiana, la revista que edita la Fundación Pablo Neruda en Santiago de Chile y dirige Hernán Loyola. La revista se ocupa principalmente de cuestiones referente a la vida y la obra del Nobel chileno, pero en sus páginas hay cabida también para recordar a otros poetas. En este número doble, 19 y 20, correspondiente a diciembre de 2016, la figura de Federico García Lorca adquiere especial relevancia ya que se conmemora el ochenta aniversario de la muerte del poeta, de hecho, el dossier se titula «80 años del asesinato imperdonable». Escriben sobre el poeta, entre otros, grandes especialistas como Gabrielle Morelli, Carmen Alemany y Óscar Hahn. Un segundo dossier agrupa textos bajo el epígrafe «Neruda y el 4º centenario de las muerte de Shakespeare y Cervantes (1616-2016)». Escriben sobre ello el director de la revista, Hernán Loyola y, de nuevo, el Premio Nacional de Literatura, Óscar Hahn. «Varia lección», como su propio nombre indica, es más heterogénea. Colaboran en ella autores como Darío Oses, José Goñi y Hernán Bustos Valdivia. La reciente película sobre la vida de Neruda, Neruda, de Pablo Larraín es analizada desde puntos diversos por colaboradores como Mario Valdovinos, Raúl Bulnes Calderón y Alain Sicard. La sección titulada «Adioses» (de intención similar a la titulada «Paraíso perdido» de la revista jienense Paraíso) se ocupa de homenajear a escritores fallecidos recientemente, en este caso al hispanoamericanista Giuseppe Bellini, al hispanista italiano Antonio Melis, a la poeta Sara Vial, al pintor José Balmes, al cineasta, poeta y narrador Hernán Castellano Girón y a la periodista Virginia Vidal. La revista finaliza con el apartado de reseñas en el que se comentan novedades editoriales sobre el amplísimo mundo intelectual y sentimental del gran poeta chileno. Una revista de hechura clásica que todos los lectores amantes de Pablo Neruda deben seguir fielmente.