JOSEFA ÁLVAREZ VALADÉS. NO ACEPTARÉ LÍMITES. AURORA LUQUE, GAVIERA Y NÓMADA
EDITORIAL RENACIMIENTO
Aurora Luque se ha consolidado en los últimos años como una de nuestras voces dentro del nutrido y exigente panorama poético de nuestro país, lo que el Premio Nacional de Poesía en 2022 no ha hecho más que confirmar, no es extraño, por tanto, que abunden los estudios críticos sobre su obra. Uno de los más recientes lo acaba de publicar Josefa Álvarez Valadés, una de las mayores especialistas en su obra, no en vano la propia poeta la ha elegido para prologar y anotar la edición completa de su obra poética, “Las sirenas de abajo. Poesía reunida, 1982-2022”. Licenciada en Filología Clásica por la Universidad Complutense de Madrid y doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Alcalá, Josefa Álvarez es actualmente catedrática del Departamento de Lenguas y Literatura de Le Moyne College en Syracuse (Nueva York) y ha escrito innumerables ensayos sobre poesía española contemporánea, su ámbito de estudio.
El presente volumen lo integran una recopilación de ensayos escritos a lo largo de varios años que han visto la luz en diferentes publicaciones, tanto en revistas como en libros colectivos. «Los textos ―escribe Álvarez Valadés― han sido revisados y convenientemente actualizados a la luz de las nuevas entregas poéticas». El volumen finaliza con una entrevista a la autora en la que Aurora Luque nos desvela algunas de sus más íntimas pasiones, como la que la llevó a decantarse por la cultura clásica. Así lo explica: «A los quince años, me reconocí inmediatamente en aquel capítulo de “Ocnos” en el que Cernuda habla del deslumbramiento que supuso para él el encuentro con la mitología griega: la sospecha de una alegría, de un gusto por la belleza y por la vida que en el cristianismo no se hallaban. Los griegos me reconciliaron con la naturaleza y con el mundo y me ayudaron a no fiar mi existencia en un Dios iracundo y mandón que castigaba a los malos y premiaba a los buenos. Yo no era de las buenas».
El primer estudio se centra en el análisis de la metapoesía en la obra de Luque. Álvarez establece una acertada relación entre el poema con el cuerpo, de tal forma que la escritura será una forma de exteriorizar la memoria de la piel: «La palabra poética puede conservar los recuerdos que efímeramente la piel mantiene». Sin embargo, esta palabra muestra sus debilidades, porque no es capaz de revelar en su totalidad, con la precisión que el poeta precisa, lo que la experiencia aporta. La constatación de esta impotencia será una de las constantes en la poesía de Luque. Además, «en ocasiones, la falta de fe en la palabra poética procede de la constatación de hallar la originalidad, puesto que ya otras voces han expresado lo que se aspira a decir», afirma Álvarez, algo, por otra parte, del todo inevitable, aunque la experiencia que da vida al poema posea unas claves personales e intransferibles. No podemos olvidar, y así nos lo recuerda la autora, la faceta como traductora de Aurora Luque, y esta actividad la provee, incluso involuntariamente, de una suerte de referencias textuales difíciles de obviar a la hora de escribir sus propios poemas. El poema es un palimpsesto en el que conviven fragmentos, excelentemente digeridas en el caso de Aurora Luque, de todo lo leído.
Otro de los ensayos aborda el «nomadismo» de su poesía, entendiendo por tal «la frecuente ficcionalidad en ella del sujeto poético». El mundo actual poco tiene que ver con la construcción de una identidad estable, asentada. Hoy en día, por el contrario, de la sensación de inseguridad que ha propiciado las pérdida de valores éticos, morales y sociales surge una identidad moldeable, miscelánea, capaz de mostrar sus sentimientos y sus emociones, pero no de manera directa, sino a través de un alter ego, de una máscara o de otras figuras femeninas que le sirven de referente vital, mujeres que sortearon innumerables dificultades, pero que fueron capaces de hacerse oír, como Safo, Lesbia, María Rosa de Gálvez, Renée Vivien, Teresa de ÁVILAM Emily Dickinson o Sophía de Mello.
Quizá una de las características más llamativas de la poesía de Luque se su epicureísmo, muy perceptible en su defensa de la amistad, en el comprimo ciudadano, en la defensa del feminismo, en el elogio del hedonismo y de la vida retirada: «Luque se inclina a veces hacia un hedonismo de corte más ascético que busca refugio en la memoria y que encuentra su materialización en el goce de la lentitud, los libros, la amistad y un muy personal y marino “locus amoenus”», escribe Álvarez. Otros temas de estudio tienen que ver con la pervivencia del mundo griego en su poesía, su reelaboración y puesta al día de los mitos, la influencia del mar y del mundo homérico, del viaje, un viaje que, según Álvarez, en Aurora Luque «se erige en metáfora de vida, de una vida impulsada por el deseo y por el afán de libertad, de una, en definitiva, auténtica existencia del nómada». En “No aceptaré más límites” encontramos algunas de las claves que nos facilitan una mejor degustación de la poesía de Luque, y la confirmación de por qué estamos ante una gran poeta.
Reseña publicada el 15/09/2023 en el Diario Montañés