FERNANDO PESSOA. EL POETA ES UN FINGIDOR. ANTOLOGÍA POÉTICA. EDICIÓN BILINGÜE DE ÁNGEL CRESPO. CÁTEDRA. LETRAS UNIVERSALES.
Que la figura y la obra de Fernando Pessoa (1888-1935) no ha perdido actualidad en el mercado literario español, sino todo lo contrario, desde el ya lejano 1982, cuando se publicó la primera edición de la presente antología, lo confirman las innumerables ediciones de sus obras que se han publicado en español desde entonces, de las que da cuenta —aunque no de manera exhaustiva porque el recuento finaliza en 2017 y excluye, por tanto, lo publicado en 2018— la Bibliografía que se incluye al final del prólogo del poeta Ángel Crespo, el introductor más adelantado y perseverante de cuantos se han ocupado de la obra del poeta portugués. No podemos ignorar que a esta antología la precedieron otras traducciones como Poemas de Alberto Caeiro (1957) o Seis poemas de Fernando Pessoa y sus heterónimos (1959). Además, Ángel Crespo tradujo el Libro del desasosiego solo dos años después, en 1984 y publicó en 1988 La vida plural de Fernando Pessoa.
La introducción que Ángel Crespo (1926-1995) —a él se deben también, entre otras traducciones, varias antologías de la poesía brasileña y portuguesa, la de la Divina comedia de Dante o el Cancionero de Petrarca— escribió para El poeta es un fingidor mostró, quizá de forma excesivamente escorada, la importancia del esoterismo en la construcción literaria de Fernando Pessoa y sus heterónimos («Nuestro poeta —afirma Crespo, consideraba a sus heterónimos como poetas tan independientes de su propia personalidad que llegó a crearles unas biografías, absolutamente verosímiles si se ponen en conexión con los versos que atribuyó a cada uno de ellos»), aunque también ofreció una imagen que, tal vez, se ha minusvalorado posteriormente, la de un analista político riguroso con ciertas ideas de carácter imperialista no siempre en buena sintonía con los principios de la democracia. Recordemos la profecía del Supra-Camoens literario y el advenimiento del Quinto Imperio («un resurgimiento asombroso, un periodo de creación literaria y social como pocos ha habido en el mundo»). En cualquier caso, y aunque los sucesivos estudios sobre Pessoa hayan perfilado una personalidad mucho más ambigüa y contradictoria, no cabe duda alguna de que Ángel Crespo supo valorar la grandeza del proyecto poético de Pessoa como nadie en nuestro país lo había hecho hasta entonces.
La diferencia fundamental entre la edición original y la reedición es que esta última ofrece la selección de los poemas de Alberto Caeiro, de Ricardo Reis, de Álvaro de Campos y de Fernando Pessoa como tal, en versión bilingüe. El prólogo y las notas de Ángel Crespo se han respetado escrupulosamente, pero hay algunas otras diferencias, de menor importancia, si se quiere, como la supresión del poema dramático O marinhero y los fragmentos de la «tragedia subjetiva» titulada Fausto. Ignacio García Crespo, el responsable de esta edición actualizada nos informa de que «El apartado bibliográfico aparece ampliado y actualizado con una selección de las traducciones y estudios pessoanos más destacados publicados en los últimos años en el ámbito hispánico» (Al respecto diremos que está a punto de aparecer un nuevo estudio sobre el Libro del desasosiego titulado Fernando Pessoa: el misántropo desdeñoso, publicado por la remozada editorial Libros del aire.
La antología propiamente dicha recoge, con amplitud suficiente para el lector que se acerque por primera vez a la obra de Pessoa, una selección de Fernando Pessoa, de sus libros Cancionero (1909-1935) y Mensaje ((1913-1934), el único libro de poesía en portugués publicado por su autor, El guardador de rebaños (1911-1912) y Poemas inconjuntos (1913-1915) de Albero Caeiro, Odas (1914-1934) de Ricardo Reis y Poesías (1914-1935) de Álvaro de Campos. «En la selección de los poemas a traducir —escribe Crespo— me he atenido a un criterio de naturaleza estética en la inmensa mayoría de los casos […] presidido por un deseo de claridad y orden, difícil y arriesgado de imponer a una obra que su autor dejó organizada solo a medias». No cabe duda de que abrir la tapa de ese baúl lleno de gente que legó a las generaciones futura Fernando Pessoa supone internarse en un complejo mundo en que se mezclan la poesía y la biografía («Los poetas —escribe Octavio Paz sobre Pessoa, de quien tuvo noticia por primera vez, según confesión propia, en París en 1958— no tienen biografía. Su obra es su biografía […] Nada en su vida es sorprendente —nada, salvo sus poemas») y en el que no resulta fácil dilucidar lo verdadero de lo verosímil. Solo desde una devoción y un entusiasmo como el que Ángel Crespo manifestó siempre por la obra del portugués podía emprenderse una tarea tan impagable como esta, a la que damos de nuevo la bienvenida en la confianza de que encontrará el público que se merece.
* Reseña publicada en el suplemento Sotileza de El Diario Montañés, el 28/12/2018