JAÉN 1936-1939: CAPITAL ANDALUZA DE LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS. RAFAEL ALARCÓN SIERRA (ED.)

UNIVERSIDAD DE JÁEN. SERVICIO DE PUBLICACIONES

Rafael Alarcón Sierra (Zaragoza, 1968),  profesor Titular de Literatura Española en la Universidad de Jaén es un reconocido experto en la poesía española del siglo XX, ámbito en el que ha publicado innumerables trabajos y estudios, entre los que podemos citar, sin ánimo de exhaustividad, títulos como “Manuel Machado: Alma, Caprichos, El mal poema” (1997), Juan Ramón Jiménez: Pasión perfecta (2003), “Prosas dispersas de Antonio Machado” (2001), autor de quien ha editado los manuscritos de la Fundición Unicaja (2005-2006) y una antología de su obra poética el pasado año para la editorial Calambur, “A orillas del gran silencio” (2020). Sus intereses abarcan a autores como tan dispares como Juan de la Cruz, Leandro Fdez. Moratín, Ortega y Gasset, García Lorca, Miguel Hernández, Jaime Gil de Biedma, Julio Camba, o María Victoria Atencia, por ejemplo. Como editor de “Jaén 1936-1939: capital andaluza de la República de las letras”, ha coordinado  un volumen que, de la mano de los colaboradores que posteriormente analizaremos, tiene como objetivo resaltar la importancia que tuvo Jaén, manteniéndose fiel a la legalidad, en la resistencia contra el golpe militar de filiación fascista. «Durante la guerra civil —escribe Alarcón de la Sierra—, Jaén fue la capital de la Andalucía republicana y del Ejército del Sur, y por ella pasaron numerosos escritores de primera fila, como Muguel Hernández, Pedro Garfias, José Herrera Petere o Andrés Martínez de León, todos ellos trabajando conjuntamete en el Altavoz del Frente Sur. También estuvieron un tiempo en la ciudad Antonio Oliver y Carmen Conde». No fueron los únicos. Otros como Rafael Porlán, Cesáreo Rodríguez Aguilera, José Rus ya residían en la ciudad. Se establecieron así una red de contactos e influencias que los diferentes expertos se encargan de investigar.

El primer capítulo del libro, el historiador Luis Miguel Sánchez Tostado analiza las tres razones por las que fracasó el golpe de Estado de 1936 en Jaén: «por la importante implantación de las organizaciones obreras en la provincia»; «Por los titubeos de la Guardia Civil, que finalmente no entregó las armas a los sublevados y aceptó marcharse al Santuario de Andújar. Y en tercer término, por la rapidez de las autoridades republicanas en desarmar y detener a los elementos conspiradores». Da cuenta además, de un episodio no tan conocido como se debiera, el bombardeo de Jaén el 1 de abril de 1937 y de otro de no menos relevancia, los famosos renes de la muerte. Carmelo Medina Casado traza en su magnifico ensayo el perfil poético y de compromiso social de dos poetas británico, Ralph Fox y John Cornford, que dieron generosamente su vida por las libertades en la batalla de Lopera: «Ambos llegaron a la misma meta, luchar en España y morir en combate en la provincia de Jaén, y lo hicieron por la misma causa, que según sus propios escritos era la democracia, la lucha obrera y la lucha contra el fascismo».  José Luis Ferris analiza la importancia de la estancia en Jaén de Miguel Hernández. Llega a la ciudad el 2 de marzo de 1937 y desarrolla, como era habitual en él, una intensa labor propagandista y cultural. «Es probable que la mitad de los poemas que conforman su libro “Viento del pueblo” se materializaran o se gestaran en tierras giennenses, que las piezas de su “Teatro en la guerra” se escribieran también en esa provincia andaluza, así como los quince artículos y prosas aparecidas en la revista “Frente Sur” entre el 21 de marzo y el 20 de mayo de 1937». Del compromiso literario, político y social del poeta José Herrera Petera, se ocupa Guillermo Ginés Ramiro. El propio poeta lo llamó «poesía de propósito», «esto es, una actividad lírica evidentemente supeditada a una finalidad práctica», rechaza, por tanto, «la poesía contemplativa y sentimental». José María Barrera López se encarga de indagar en la biografía de ambos poetas, que «comparten ideología y proyecto de vida en esos momentos difíciles». Además, «ambos poetas se hermanan en la Alianza de Intelectuales Antifascistas, a través de la publicación “El Mono Azul”». Del «periodista del dibujo» Andrés Martínez de León y Oselito, el personaje por el creado —«Su comicidad es alegre, amable, no acre ni amarga, ni siquiera contra el enemigo»—, se encarga Rafael Alarcón Sierra. Otros poetas que estuvieron relacionados con Jaén fueron Antonio Oliver Belmás y Carmen Conde. Un buen conocedor de sus respectivas biografías y de su obra, Francisco Javier Díez de Revenga, se ocupa de ambos. Juan Manuel Molina Damiani se encarga de los poetas que residían en Jaén, especialmente de Rafael Porlán y el grupo de jóvenes poetas Peña Mikra. El volumen, que además de los estudios, se acompaña con un excelente aparato gráfico y documental, finaliza con los trabajos dedicados a Manuel Andújar y los artículos que escribió durante la guerra, a cargo de Luis A. Esteve Juárez y con el ensayo de Dámaso Chicharro Chamorro sobre la poesía de guerra de Juan Pérez Creus. Estamos ante una obra esencial para conocer la actividad cultural, social y literaria, no solo poética, de quienes, en un momento capital de sus vidas, dieron prioridad a la defensa de la legalidad, aun empuñando las armas. Sus convicciones quedan expuestas de manera diáfana en las páginas de este libro.

* Reseña publicada en el suplemento Sotileza, de El Diario Montañés, 4/06/2021