ELAINE FEINSTEIN
MANOS
Primero nos reconocimos como si fuéramos hermanos
y cuando nos cogimos de las manos tu tacto
me hizo estúpidamente feliz.
Coge mi mano, dijiste en el hospital.
Tenías manos grandes, manos fuertes, suaves
como las de un padre mediterráneo
acariciando la cabeza de un niño.
Coge mi mano, dijiste. Siento
que no moriré mientras estés aquí.
Tomaste mi mano en nuestro primer vuelo en avión
y en la ópera, o viendo
un video que querías ver conmigo.
Coge mi mano, dijiste. Me quedaré dormido
y ni siquiera sabré que no estás ahí.
Versión de Carlos Alcorta
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